Un nuevo curso. Con nuevos retos y oportunidades. Un buen momento para sonreír al ver esta viñeta en el boletín de Sharpbrains de mi amigo Álvaro:
Y es que dicen los que saben que en la vida es casi tan importante lo que nos pasa como la forma en la que nos lo tomamos. Hay que buscar el lado bueno al que mirar.
Al ver la viñeta, empezó a sonar en mi cabeza el clásico Good Times de Chic (y no he podido evitar tararearlo mentalmente mientras escribía, tal vez quieras hacerlo tú también mientras me lees).
Sin embargo, no faltan razones para pensar que no estamos atravesando buenos tiempos para el Planeta. Las mayores tensiones geopolíticas y riesgo de escalada hacia una guerra total en muchos años. Sociedades polarizadas que rehúyen el diálogo. Y la amenazante realidad exponencial del cambio climático.
Aunque si miramos a otro lado, como con las bolas de la viñeta, hay datos que nos cuentan otra historia. Las últimas décadas han logrado grandes avances en la reducción global de la pobreza, el hambre y la extensión de sanidad y salud. Se dice también que estamos en el período de menor violencia en la historia de la Humanidad, si bien su presencia constante en medios y redes pueda crearnos la percepción contraria.
Hemos demostrado que cuando nos proponemos algo, somos capaces de conseguirlo y cambiar nuestro entorno por completo. Pensemos que hace 30 años internet y el móvil eran tecnologías incipientes conocidas por muy pocos, y hoy no se puede concebir el mundo sin ellas. Avances más recientes, como la aceleración en la accesibilidad de la energía solar, hacen pensar que podemos replicar esta capacidad de innovación donde nos lo propongamos.
Todo es ponerse. En la lucha contra el cambio climático también. Un estudio reciente apunta a que la mayoría de la población ya está suficientemente sensibilizada a la amenaza que supone y es consciente de la necesidad de acciones concretas, pero no reacciona ya a titulares genéricos. Es más, parece que subir el nivel de alerta pasando de hablar de “cambio climático” a “emergencia climática” o “calentamiento global” no aumenta su nivel de preocupación, y puede ser incluso contraproducente. Hacen falta menos alarmismos y más soluciones concretas.
En sentido similar se manifiesta Anne Therese Gennari, aka “The Climate Optimist”, que impulsa un movimiento para generar el mayor número posible de conversaciones sobre el clima, pero no desde el miedo, sino desde el optimismo y el entusiasmo por lo que podemos cambiar. Para ello ha elaborado un manual y todo tipo de materiales. Como este vídeo, How To Talk About Climate Change, en el que comparte claves útiles para generar diálogos constructivos: 1) empezar con preguntas, 2) buscar el eje local, 3) no culpabilizar, 4) tener en cuenta que el storytelling funciona mejor que los datos, y 5) pensar en clave de solución. Tal vez la gente ya no necesite más titulares sino historias que inspiren y pueda aplicar a su vida diaria.
Parece que, en cuestiones climáticas, ha llegado el momento de dar el salto de la pesadilla de Greta a algo más parecido al “yo tengo un sueño” de Martin Luther King.
Pero los sueños cuestan. Y hay que lucharlos. Dicen por ahí que “Hard times create strong men. Strong men create good times. Good times create weak men. And, weak men create hard times”: los tiempos duros crean gente fuerte, que crea buenos tiempos, pero los buenos tiempos crean gente débil que crea tiempos duros. Si es eso lo que está pasando, en el diagnóstico va la solución.
Son tiempos de ser fuertes. Para hacer realidad los sueños. Y poder seguir entonando Good Times.
¡Gracias por leer Verdades Incómodas!
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